domingo, 10 de enero de 2010
La hacés bien, y aunque te hierva la sangre
te encadenas para no llamar.
¿Cómo hacés? Conozco todos tus trucos,
pero aún así me das que pensar.
Te guardas el orgullo donde nadie
pueda dudar de que lo tenés.
Y así vas, sin perder el objetivo,
pidiendo dos cuando querés tres.
Ya estoy bien, ya me ordené en mi desorden,
y aquellas voces no me hablan más.
Por favor, mentime y dame la espalda,
otra vez no quiero patinar.
Y me esperás, más de la cuenta
siendo siempre EL que yo soñe.
Y firme yo, me encierro en que es peor,
amar y envejecer.
¿Qué esperás? Mostrame todas las cartas,
a cara de perro no sé jugar.
Me endulzás, el ego siendo sincerO,
dale un poco y te va a pedir más.
Lo sabés, no hay arma más seduct0ra,
que contestar siempre la verdad.
Siempre estás, del otro lado del muro
de los lamentos que me contás.
No sé hablar, sin decir malas palabras:
amantes, mentira, infidelidad.
Nunca más, te vendo gato por liebre,
por no ser cruel, pierdo honestidad.
No es el fin, el problema son los medios,
no es algo que pueda respetar.
No está mal, que termine en las historias,
mientras haya historias que contar
te encadenas para no llamar.
¿Cómo hacés? Conozco todos tus trucos,
pero aún así me das que pensar.
Te guardas el orgullo donde nadie
pueda dudar de que lo tenés.
Y así vas, sin perder el objetivo,
pidiendo dos cuando querés tres.
Ya estoy bien, ya me ordené en mi desorden,
y aquellas voces no me hablan más.
Por favor, mentime y dame la espalda,
otra vez no quiero patinar.
Y me esperás, más de la cuenta
siendo siempre EL que yo soñe.
Y firme yo, me encierro en que es peor,
amar y envejecer.
¿Qué esperás? Mostrame todas las cartas,
a cara de perro no sé jugar.
Me endulzás, el ego siendo sincerO,
dale un poco y te va a pedir más.
Lo sabés, no hay arma más seduct0ra,
que contestar siempre la verdad.
Siempre estás, del otro lado del muro
de los lamentos que me contás.
No sé hablar, sin decir malas palabras:
amantes, mentira, infidelidad.
Nunca más, te vendo gato por liebre,
por no ser cruel, pierdo honestidad.
No es el fin, el problema son los medios,
no es algo que pueda respetar.
No está mal, que termine en las historias,
mientras haya historias que contar
domingo, 3 de enero de 2010
Si me canse de esperar,
fue porque el tiempo no curó ni una herida.
Si me cansé de olvidar,
fue porque el olvido es la ''pastilla suicida''.
Si me cansé de perdonar,
fue porque cuando duele nunca, nunca, nunca se olvida.
Si me cansé de mentir,
fue porque la verdad lastima solo al principio.
Si me cansé de dormir,
fue porque al ''sueño'' no lo sueño dormido.
Si me cansé de asistir,
fue porque asistiendo o no asistiendo
fue porque el tiempo no curó ni una herida.
Si me cansé de olvidar,
fue porque el olvido es la ''pastilla suicida''.
Si me cansé de perdonar,
fue porque cuando duele nunca, nunca, nunca se olvida.
Si me cansé de mentir,
fue porque la verdad lastima solo al principio.
Si me cansé de dormir,
fue porque al ''sueño'' no lo sueño dormido.
Si me cansé de asistir,
fue porque asistiendo o no asistiendo
siempre empezaron sin mí.
Si me cansé de ceder,
fue porque cediendo te vas muriendo en vida.
Si me cansé de llorar,
fue porque en las lágrimas no encontré salida.
Si me cansé de siempre correr,
fue porque muchas cosas las perdí por correr noche y día.
Si me cansé de mirar,
fue porque mirando ví una vez a la muerte.
Si me cansé de perder,
fue porque cediendo te vas muriendo en vida.
Si me cansé de llorar,
fue porque en las lágrimas no encontré salida.
Si me cansé de siempre correr,
fue porque muchas cosas las perdí por correr noche y día.
Si me cansé de mirar,
fue porque mirando ví una vez a la muerte.
Si me cansé de perder,
fue porque una vez me desangré por perderte.
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